miércoles, 20 de mayo de 2009

Día 13, noche del 19 de mayo de 2009.

Ésta noche ha sido similar a la de ayer. Sobre las doce pidió un pipi (cosa que valoro mucho porque es cuando más dormidita está). A las dos menos diez sonó el chivatillo (ooohhhhh) y ha sido gracioso porque cuando he llegado a su cama me la he encontrado sentada toda despeinada, aún con los ojos cerrados, encogiéndose de hombros y me decía:

-“¿Dónde está el pipi? ¿Dónde está el pipi? ¿Dónde?

Resulta que lo que se le ha escapado es una micro-gotita que, porque sé que el chivato volvería a pitar en cuanto se las pusiera, sino, no le hubiera ni cambiado las braguitas.

Por eso, ésta mañana, mientras yo estaba en el lavabo lavándome los dientes, iba pensando que no le podía dar ganchitos porque el chivato había pitado una vez, pero sí que sería justo darle bolitas de anís, porque ha sido un miniescape minúsculo. Pues bien, al oír el chorro del agua del grifo se le ha escapado y se ha puesto chorreando, así que no he tenido dudas. (Por cierto, que ha apagado el chivato con toda naturalidad.)

- Cariño, hoy no hay ganchitos ni bolitas, eh? Ni tampoco puedes rascar el juego…
- Claro, mama, (y me lo ha dicho con una sonrisa.)